Llegando a casa de un amigo, era un hombre negro, el hermano de Rafael.
- José. ¡Qué placer verte!.- Me dijo
- Igual hermano.- Dije
- ¿Cómo anda todo por allí?
- En lo mismo, la música.
- Mi hermano peló el bonche del grupo.
- Sí vale.
- Te lo digo José, ya estoy harto de sus amiguitos. Tú eres su único amigo.
- Yo lo sé.
- Y por eso a ti nunca te rechazo.
- Trato de hacer lo posible.
- La piedra lo tiene mal.
Se quedó callado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario